martes, 21 de junio de 2011

2034


A Mariela, 17 años, su cyber psicólogo educativo le diagnosticó obesidad informática, una enfermedad que se ha propagado en la población (sobre todo en la juvenil) en los últimos diez años.  Mariela consume información durante todo el día. Consume de todo: música, farándula, horóscopos, recetas de cocina, deportes,  noticias, juegos,  etc. Incluso cuando tiene que hacer alguna tarea, ignorando las enseñanzas de su profesor se vuelca a las fuentes de información con descontrolada ansiedad. Las consecuencias, sobre todo en el ámbito académico: trabajos extensos, sin un propósito definido, sin una estructura clara, sin una voz propia: una masa de información mal digerida. El problema, dicen los médicos, es que Mariela come en exceso y no hace discriminación alguna entre una información y otra. Ha perdido el “gusto” y con él la sensación de llenura. Como una medida inmediata, el caso de Mariela es grave, su cyber psicólogo analiza la posibilidad de realizarle un by pass informático, aunque sabe que esto solo solucionaría temporalmente el problema.

Pedro, 21 años, no ha tenido problemas de obesidad informática, pero tiene que aceptar que está excedido de información (su novia le reclama que habla mucho en las fiestas). Como consecuencia, Pedro no está totalmente satisfecho con sus trabajos académicos, le cuesta ser conciso y no le queda muy claro qué es eso de “una voz propia”. Pedro trata de seguir al pie de la letra las “recetas” y los “menús” que le da su profesor, el Dr. Adkins, que tienen como objetivo suministrarle una información “variada” y “balanceada”. Sin embargo, Pedro ha comenzado a sentir que estas fórmulas hechas lo esclavizan y hasta han comenzado a aburrirle, lo que le ha llevado a incurrir en algunos atracones furtivos.

Gabriela, 30 años, gracias a Dios o más bien dicho a su maestro, Sri Informada Manej-ada, desde hace diez años no ha tenido problemas de sobrepeso informático. Sabe cómo alimentarse, es decir, sabe cómo diseñar recetas y menús adecuados a las necesidades y circunstancias de cada día. El lema de su maestro, por quien siente mucha gratitud, “No sigas la receta, crea la tuya propia” le enseñó que lo importante al momento de consumir información no es la cantidad, sino saber escoger bien los ingredientes, saber qué combinaciones hacer con ellos, cuáles son sus propiedades y sus respectivos procesos de preparación y cocción. Además, y esta es también una enseñanza de Sri Informada, otra clave está en el constante ejercicio mental necesario para digerir los alimentos que se han ingerido y transformarlos en trabajos claros, concisos, coherentes, con una finalidad bien determinada y una voz propia.

1 comentario:

  1. Sutil forma de despertar en el ser humano, la necesidad de marginar contenidos fofos, para luego adsorber lo importante a criterio propio.
    Dando relevancia a nuestros razonamientos.
    Además, relacionar la información con la dieta; es muy bueno, muy sutil.
    Saludos Guillermo.

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